Por : Carlos González
Los compañeros de al margen nos proponen hablar del miedo, pero no del
miedo a la soledad, al dolor… sino del miedo a perder el trabajo, el miedo al cambio… Lo que ocurre es que con los miedos pasa como con las cerezas, que quieres coger una y salen muchas, porque en sus orígenes los miedos se entrecruzan. Hablar de miedos es hablar de personas y de su socialización en la familia y luego en la sociedad, por lo tanto nos afectan a todos, ejercen su poder desde el inconsciente y por eso solo se pueden combatir desde dentro de cada uno, es decir es un camino interior.
Desde la militancia política se piensa que concienciando a la gente la podremos sacar de la ignorancia y así se revelaran contra la injusticia, sin embargo es un error bien intencionado que hemos comprobado que sirve de muy poco, porque el miedo es como una venda en los ojos que te impide ver. Cuando se dice que no hay peor ciego que el que no quiere ver, en realidad es que no puede ver, y como hemos visto tantas veces negaran que dos más dos sean cuatro. Desde hace miles de años los poderosos y los reyes han utilizado el miedo para someter a sus pueblos, eso sí con la ayuda del miedo a los dioses, para así activar otros miedos personales.
Centrándonos en Europa, tuvieron que pasar 15 siglos de oscuridad de la mano del cristianismo, para que en el Renacimiento empezara a verse algo de luz. Y es del siglo XVI de donde tomamos como introducción el texto de E. de la Boetie donde en su Discurso sobre la servidumbre voluntaria, nos dice que… el hombre es naturalmente libre, pero que se amolda a la educación que se le quiere dar, que el primer impulso de la servidumbre voluntaria es un efecto del habito que contrae en la niñez, y que en cuanto tiene uso de razón le dicen que es vasallo de un soberano y que sus padres también lo son, y que ha de aguantar todo mal…
La Boetie nos da estas pinceladas pero no llega a ninguna conclusión y acaba invocando al Todopoderoso Dios, porque no se da cuenta de que si esos mismos padres no te exigen obediencia ciega, te respetan y te demuestran que no eres siervo ni de ellos ni de nadie, las cadenas se romperían. Pero cuando los padres son tiranos con los hijos o los manipulan, cuando los padres se creen siervos, entonces criaran siervos o tiranos de otros más débiles y así la cadena continua generación tras generación. Fue en este siglo cuando empezó a separarse la ciencia de la religión, cuando Copérnico y Galileo demostraron que la tierra no es el centro del universo, luego siglos después fue Darwin quien demostró que el hombre no es el centro de ninguna creación, sino de una evolución, y por último fue Freud quien demostró que la razón no lo es todo, y que como un iceberg, tenemos un inconsciente que guía nuestras vidas. Hoy día la psicología a dado múltiples autores y distintos enfoques, algunos de ellos, como no, se han puesto al servicio del sistema, cayendo en la trampa de sus propios miedos.
El miedo se define como una perturbación angustiosa del ánimo, debido a una amenaza real o imaginaria, el ser humano es el único animal que se paraliza por un miedo que solo existe en su imaginación. Fue W. Reig el primero que nos mostro las implicaciones políticas del miedo diciendo, que el miedo unido a la represión sexual producía sumisión y que siempre triunfa el fascismo por nuestra incapacidad de ser libres. Sin embargo luego hemos visto que con permisibilidad y sin represión sexual también hay sumisión y violencia.
Fue sin embargo A. Janov y luego A.Miller quienes se atrevieron a señalar sin tapujos el origen de todos los males, señalando a la familia, cuna del amor, y en otros casos del horror. El niño necesita seguridad afectiva, respeto y amor, y cualquier privación le produce dolor. Si esto continua en el tiempo, el miedo a ese dolor le lleva a autoengañarse, creer que no lo merece, y empezar a reprimir esas necesidades. Luego empezara a esconder la verdad, a sentirse culpable para protegerse, a olvidar lo que paso, diciendo que lo hicieron por su propio bien, y como no exculpando a los padres .
De este modo tan sencillo la rabia inconsciente hacia los padres que tenemos que obedecer, se transforma luego en sumisión y en miedo a decidir, en miedo a ser libres, miedo a luchar para cambiar las cosas etc. Y así este miedo que nos pone de rodillas es un reflejo del miedo al castigo de la infancia.
La gente tiene miedo a perder el trabajo porque necesita seguridad, la que no tuvo, y ahora se conforma con sucedáneos. La sumisión continua ahora en otro padre, es decir en un líder político, y la enmascarara ideológicamente en un partido político, una religión ,un totalitarismo, y si es necesario descargara esa rabia contenida en algún chivo expiatorio. La gente no se mueve, porque cumple un mandato interiorizado en el inconsciente que para ser buenos hay que obedecer y hacer lo que nos digan.
Sin embargo miedo y cobardía no tienen porque ir unidos, y se puede ser sumiso cuando toca y luego matar en nombre de la patria o de Dios. Los mismos que gritaban vivan las cadenas, a Fernando 7º,mataban a los liberales de la época y los mismos que gritaban todo el poder para el pueblo en nombre del comunismo mataban a los libertarios y críticos que se les cruzaban. Los lideres y los poderosos de ahora usan el miedo para desmovilizar y usan las grandes palabras como Dios Patria y sobre todo Democracia y Libertad para manipular, y así activar miedos y creencias infantiles que llevan a la gente a la resignación desmovilizadora. Alimentan la ilusión de ser libres, cuando en realidad se es súbdito.
Pero no creamos que esto lo hacen así porque son muy listos, simplemente es que sus neurosis se adaptan como un guante a las de los que le obedecen. Por todo esto y volviendo al principio, podemos decir que la servidumbre voluntaria en realidad no es voluntaria, sino aprendida, o mejor dicho sentida a base de castigos o manipulaciones.
Todos los miedos están en el inconsciente, en la caja negra de la infancia, y no existen recetas para desobedecer que no pasen por abrir esa caja negra. Los miedos son experiencias emocionales y por lo tanto no pueden resolverse tratando de concienciar a la gente, sin con vivencias personales que posibiliten un duelo respecto a la infancia perdida. Los que se arrodillan, los que no se mueven, los que tienen miedo al futuro, es decir los que tienen miedo a la libertad, es porque no son capaces de detectar las manipulaciones de los de arriba y proyectan en ellos sus miedos infantiles, no son capaces de tomar las riendas de su vida. Apelar al amor ,la razón, o a la anarquía es inútil y tropezaremos contra una pared de sentimientos reprimidos.
Combatir el odio y la sumisión con argumentos es imposible, sino vamos al origen del problema, solamente con una base afectiva buena y de respeto, se pueden ordenar unos muebles en la cabeza que te permitan dirigir tu vida, tu afectividad, y tu ética por la senda de la razón en primer lugar y luego del anarquismo.
Porque podemos decir que a pesar de todo ,la utopía con mayúsculas, que ha dado más hombres y mujeres sin miedos, es sin duda el anarquismo, por lo que también es la que mas enemigos ha tenido, y la que no está manchada de sangre inocente. Aquí están puestas las esperanzas de un cambio futuro sin miedos, porque SI son ciertas las palabras de Durruti al decir que llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones.
Fuente : http://www.radioklara.org/

