El pasado 27 de marzo acudimos al foro para recoger las reflexiones de tres mujeres de trayectoria internacional que han estado estos días en Valencia trabajando junto a treinta mujeres activistas y expertas en la violencia sexual para crear estrategias comunes en la lucha Internacional por la justicia.

ADRIANA BENJUMEA

Abogada feminista, Codirectora de la Corporación Humanas en Colombia y Coordinadora de la Articulación Regional Feminista por la Justicia de Género.

Con estudios de maestría en Derechos Humanos y Democratización y Especialización en Estudios Afroamericanos y Caribeños. Abogada con experticia en investigación y documentación de casos sobre el impacto de los conflictos armados en la vida y la seguridad de las mujeres con trabajos en violencia sexual en conflicto armado en Colombia. Experiencia profesional en litigio estratégico y representación de mujeres víctimas sobrevivientes de violencias sexuales en contextos domésticos y en conflicto armado y trabajos dirigidos al seguimiento de políticas públicas de atención a las víctimas del conflicto, velando por la inclusión de enfoque de género en las mismas.

Coordinó el proyecto de documentación de casos de violencia sexual cometida contra mujeres en contexto de conflicto armado en Colombia, en la Sierra Nevada de Santa Marta y en Norte de Santander, así como la ejecución del Tribunal Simbólico para la violencia sexual llevado a cabo el 26 de septiembre de 2011.

Desde la Corporación Humanas, junto a la Red Nacional de Mujeres y la Corporación Sisma Mujer conformaron la Alianza Cinco Claves para un tratamiento diferencial de la violencia sexual
en contextos de justicia transicional. Con esta Plataforma realizaron un importante trabajo de incidencia para que la violencia sexual no fuera objeto de amnistías ni de indultos en el Acuerdo entre el gobierno de Colombia y la extinta guerrilla de las FARC, y para la apertura del Macrocaso 11 de la Jurisdicción Especial para la Paz, centrada en la violencia sexual. Es coautora y coordinadora de investigación de varias de las publicaciones de la Corporación Humanas, de corte socio-jurídico.

PAULA BARRIOS

Feminista, jurista y defensora de los Derechos Humanos. Coordinadora general de una de las organizaciones querellantes en el Caso Sepur Zarco, Mujeres Transformando el Mundo.
Mujeres Transformando el Mundo -MTM- es una asociación no lucrativa, fundada el 13 de noviembre de 2008, cuya misión es poner a prueba la institucionalidad del Estado, desarrollando mecanismos efectivos de auditoría social, sensibilizando, litigando y estableciendo precedentes de administración de justicia con enfoque de género, derechos humanos e interseccionalidad para que los pronunciamientos del sistema de justicia promuevan cambios en el imaginario social, contribuyendo a que desaparezca la normalización de la violencia contra las mujeres, especialmente de la violencia sexual, esclavitud sexual, esclavitud doméstica, embarazo y maternidad forzada en niñas y adolescentes.

La experiencia de MTM se basa fundamentalmente en el litigio estratégico para casos emblemáticos de violencia contra las mujeres en sus diferentes manifestaciones tanto del presente como del pasado. Especialmente en el caso emblemático de Sepur Zarco, cuya sentencia fue la primera del mundo en juzgar la esclavitud sexual contra mujeres en un conflicto armado.

CHARO ALTABLE

Profesora jubilada, experta en Coeducación emocional y sexual, Terapeuta y escritora, experta en coeducación emocional y sexual, relaciones de paz y prevención de la violencia. Mujer de Negro y parte de la Associació per la Coeducació de València.

Charo Altable es Mujer de Negro desde hace décadas y ha conocido las experiencias de mujeres de la red que han trabajado en zonas de conflicto, como las Mujeres de Negro de Belgrado, de Colombia o de Liberia. En Belgrado, la organización fue creada en 1991, en el inicio de la guerra de la antigua Yugoslavia.

La organización llevó a cabo vigilias silenciosas cada semana desde 1991 a 1997, como protesta no violenta contra la guerra; la política del régimen serbio; el nacionalismo; el militarismo y todas las formas de odio, discriminación y violencia.

Todos los miércoles, las mujeres se reunían en la Plaza de la República para protestar por la desmilitarización y el fin del conflicto. Apoyaron la causa de los objetores de conciencia que no querían pelear en una guerra en la que no creían y organizaron la ayuda humanitaria para los refugiados.

Su lucha se hizo aún más activa en 1995, siendo ellas las primeras en organizarse para condenar lo que, a día de hoy, se conoce como la mayor masacre de los Balcanes. En la ciudad de Srebrenica, considerada ‘zona segura’ para los refugiados bosnios, miles de hombres y niños bosnios fueron asesinados por el ejército serbio. La noticia de ese hecho fue suprimida y
negada por el gobierno serbio, pero las Mujeres de Negro de Belgrado salieron a las calles con regularidad para llamar la atención sobre la atrocidad y protestar por la acción bajo el lema «No en nuestro nombre».

Las Mujeres de Negro en Serbia siguen reuniéndose en las calles, usando su cuerpo para, como bien enfatizan en su Manifiesto, “crear una presencia física, de modo que no se nos pueda ignorar. ‘Secuestramos’ el espacio público del discurso dominante de negación”, siguen llenando Belgrado de negro “como el color del luto. Lloramos a todas las víctimas de la guerra,
pero sobre todo lloramos a los que murieron en nuestro nombre” y, así, aguantan en silencio “porque el silencio es la forma más potente de expresar nuestras opiniones. El silencio simboliza el respeto, la seriedad y la dignidad: es un espacio ajeno, un espacio sin violencia. El silencio, cuando se usa deliberadamente, es el sonido más poderoso”.

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👌 Foro organizado por Atelier ONGD.