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todos y todas a las calles : el presente es nuestro
El Sabado 12 de Mayo , cuando llegamos a la Plaza del Ayuntamiento volvimos a perder el miedo, volvimos a desbordar sus expectativas, haciendo prevalecer nuestra fuerza colectiva por encima de prohibiciones , normas estúpidas y autoritarismos políticos de turno. Los de siempre, y como siempre, intentaron controlar la protesta y acotarla a los límites negociados (impuestos) por las instituciones, pero se quedaron solos con su discurso mientras la gente tomaba por la fuerza y volvía hacer suya la Plaza. Otra vez tomamos el control de nuestras vidas y por eso chillamos “Revolución, revolución”.
Ayer nos volvimos a ver en las calles. Cómo hace un año, cómo hemos estando haciendo en las plazas, como hicimos en la Primavera Valenciana. Las calles del centro volvían a ser nuestras, y esta vez lo hicimos de manera contundente. Al paso de la manifestación se podía ver bancos, multinacionales y edificios institucionales como el TSJV atacados por huevos, carteles y pintadas que señalaban quién son el enemigo a combatir.
Ayer cuando llegamos a la Plaza del Ayuntamiento volvimos a perder el miedo, volvimos a desbordar sus expectativas, haciendo prevalecer nuestra fuerza colectiva por encima de prohibiciones y normas estúpidas. Los de siempre, y como siempre, intentaron controlar la protesta y acotarla a los límites negociados (impuestos) por las instituciones, pero se quedaron solos con su discurso mientras la gente tomaba por la fuerza y volvía hacer suya la Plaza. Otra vez tomamos el control de nuestras vidas y por eso chillamos “Revolución, revolución”.
La estrategia política y policial fue toda una sorpresa puesto que en ningún momento intervinieron a pesar de que se estaba desmontando todo un símbolo de poder en Valencia, una mascletà. Eso sí, le devolvimos a la policía cada desahucio, echándolos de la Plaza cabizbajos y ocupándola de nuevo.
El problema es que la confusión y el miedo dieron a lugar a afirmaciones de todo tipo. Pero no seamos infantiles ni paranoicos, la mascletà no era una farsa, (recordemos que un petardo le reventó la mano a un fotógrafo) ni tampoco era una estrategia perfectamente controlada para criminalizarnos. La mascletà era un vacile, una chulería como las que nos tiene acostumbrados Rita Barberà, acostumbrada a unas protestas pasivas que son las mayoritarias en esta ciudad podrida. Y por eso más que nunca, nos tenemos que sentir orgullosos y orgullosas; desbordamos sus esquemas, tomamos la iniciativa de desobedecer colectivamente y volvimos a demostrar que cuando queremos somos imparables.
Que no nos engañan, ni nos quiten el mérito. El Poder es duro, pero no omnipresente ni lo tiene todo controlado. Si nos votamos los esquemas y pasamos a la acción somos más fuertes y esta tiene que ser la línea que marque nuestro camino: la subversión de sus normas, la calle como espacio de encuentro y de lucha y la acción directa como forma de liberación. Ya está bien de creernos los débiles, nosotros tenemos la fuerza y podemos hacerlos retroceder.
Esta madrugada han desalojado la Plaza aprovechando que ya no quedaba mucha gente. Lejos del debate de si una Acampada es positiva o negativa en lo que tenemos que estar de acuerdo es en que Ellos no nos quieren en las calles, molestamos y por eso hoy más que nunca tenemos que volver a tomar las plazas.
